El derrame de petróleo ocurrido en nuestro mar el último sábado 15 de enero, es ,sin duda, uno de los mayores desastres ecológicos sufridos en los últimos años en el Perú; y como en muchas otras ocasiones tiene como protagonista a una millonaria empresa privada, la multinacional española Repsol. Para tener una mejor idea de la magnitud de este suceso empecemos con una breve recopilación de lo ocurrido.

¿Qué ocurrió?

El sábado 15 de enero del presente año el buque Mare Dorium realizaba la descarga de aproximadamente 1 millón de barriles de crudo, propiedad de la empresa Repsol, para ser procesados en su refinería La Pampilla ubicada en el distrito de Ventanilla (Callao). Este hecho no es algo extraordinario, La Pampilla es abastecida con grandes cantidades de crudo, siendo una de las refinerías más importantes del país, procesando en el 2020 un promedio de 55.9 mil barriles de crudo por día (Apoyo & Asociados, 2021). Sin embargo, la tragedia ocurrió cuando se produjo el derrame de aproximadamente 6 mil barriles de petróleo sobre el mar (aproximadamente 954 000 litros) afectando más de 18 000 km cuadrados del litoral (Gestión, 2022b).

La primera pregunta que debe surgirle a muchos es:

¿De quién es la culpa?

Empecemos con la causa del accidente, según informó la empresa Repsol, el accidente se produjo debido a un “oleaje anómalo” generado por la erupción del volcán en el mar de Tonga. La defensa de la empresa sostiene que no se envió ninguna alerta y por ende, ellos prosiguieron su actividad con normalidad. ¿Es entonces culpa de la Marina de Guerra por no enviar la alerta? Si bien podríamos criticar el accionar de esta institución, ello no deslinda de responsabilidad a Repsol.

¿Qué hizo Repsol?

Según Miriam Zevallos, presidenta del Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA), Repsol informó el mismo sábado que se había producido un derrame de tan solo 0,16 barriles en un espacio de 2.5 metros. Un día después del incidente, Repsol emitió su primer comunicado público en donde sostuvieron que se produjo un “derrame limitado” y que gracias a sus protocolos de seguridad se logró contener el accidente. Por último, el martes 18 de enero, emitieron un segundo comunicado en el cual aseguraron haber desplegado más de 1.500 de barreras de contención y que con ello cubrían toda la zona afectada, así como el despliegue de más de 200 personas para remediar la situación (EL Comercio, 2022).

Queda claro entonces, desde mi perspectiva, que el accionar de la empresa se centró en tratar de encubrir su desastre y que no se realizaron las acciones correspondientes para controlar rápidamente los daños, y por tanto, existe una irrefutable responsabilidad de Repsol en la tragedia ocurrida.

¿Cuál es el impacto?

El impacto más grande es, sin duda, el daño a la biodiversidad de la zona afectada, este impacto se vuelve aún más grave debido a que en el último informe realizado por el Servicio Nacional de Áreas Naturales protegidas por el Estado (SERNANP), se señala que el derrame ha llegado a perjudicar a dos reservas marinas: la Reserva Nacional Sistema de Islas, Islotes y puntas guaneras (Islote Grupo pescadores) y la Zona Reservada de Ancón; siendo afectadas diversas especies como aves guaneras, lobos marinos, nutrias, pingüinos, entre otras muchas especies cuya hábitat ha sido gravemente perjudicada.

Por otro lado, la actividad pesquera y turística también se ha visto afectada, se estima que más de 1500 pescadores artesanales se han visto directamente perjudicados (Gestión, 2022a). De esta manera, el sustento de muchas familias está amenazado y lo que es más grave, es que es muy probable que este daño tenga efectos a largo plazo.

¿Y las autoridades?

El rol del Estado se debe ver reflejado tanto en la prevención como las acciones de respuesta

En cuanto a la prevención, es importante mencionar que el Estado, en su rol de protector del medio ambiente en el territorio nacional, determina la política nacional del ambiente¹. En concordancia a ello, según el Art 66° del reglamento para la protección ambiental en las actividades de hidrocarburos, ante cualquier emergencia que tenga consecuencias negativas al ambiente, la empresa debe adoptar acciones de primera respuesta las cuales permitan una respuesta inmediata para contener, confinar y recuperar el contaminante. Bajo esta premisa, se debe investigar y determinar si la empresa Repsol tenía un plan de contingencia y si actuó conforme dicta la normativa².

En cuanto a las acciones de respuesta, diversas entidades del estado se han pronunciado y ejecutado diferentes acciones:

18 de enero: El Organismo Supervisor de la Inversión en Energía y Minería (OSINERMING) suspendió las operaciones en el terminal multiboyas N°2 de la refinería la Pampilla con el fin de determinar las causas del derrame.

18 de enero: La OEFA ha impuesto un plazo de 10 días a Repsol para la limpieza de las zonas afectadas que de no cumplirse podrían generar una multa de hasta S/138 millones (Andina, 2022).

20 Enero: El SERNANP, destinará de su fondo ambiental de Perú para Áreas Naturales Protegidas 8 (Profonanpe) US$ 100,000 para remediar los daños generados por el derrame en las áreas protegidas.

¿Lecciones aprendidas?

Este es, sin duda, el punto más importante, debemos tener en cuenta que los derrames de petróleo no son novedad en el país, en los últimos 20 años se han producido más de 470 derrames petroleros en la Amazonia afectando el ecosistema y a la población (León & Zúñiga, 2020). Asimismo, la misma Repsol ya ha tenido un antecedente muy similar al acontecido recientemente, en el 2013 se derramó 195 barriles en el en el terminal multiboyas N° 2 de la refinería la Pampilla, en esa ocasión Repsol manejó el mismo argumento sosteniendo en primera instancia que solo se derramaron 7 barriles. La sanción impuesta fue una multa de 133.80 UIT vigentes a la fecha de pago; sin embargo, esta fue apelada en el 2015 y se redujo a la mitad pagando solo S/ 277 301.19 (La República, 2022).

¿Qué debería cambiar esta vez?

El estado debe reforzar la fiscalización de los protocolos establecidos, no se puede repetir una situación en la que una empresa no cumpla con su plan de contingencia y lo que es más grave, trate de engañar a las autoridades retrasando el accionar de las medidas de contención y agravando el daño generado.

La sanción debe ser ejemplar y debe servir como disuasiva para que no se repita una tragedia de esta magnitud, desde una sanción económica hasta una posible renegociación de su contrato con el estado. Esta tragedia puede ayudar a marcar un punto de inflexión en la política de protección del medio ambiente.

El medio ambiente ya sufre debido a la actividad humana, levantemos la voz para que no se permitan más desastres que lo dañen de forma irreversible.

Referencias.

Andina. (2022). Ministerio del Ambiente emite comunicado respecto a derrame de petróleo. https://andina.pe/agencia/noticia-ministerio-del-ambiente-emite-comunicado-respecto-a-derrame-petroleo-877582.aspx

Apoyo & Asociados. (2021). Reporte de Clasificación: Refinería La Pampilla S.A.A.

El Comercio (19 de enero de 2022). Desastre ambiental en Ventanilla: las versiones contradictorias de Repsol sobre el derrame de petróleo. El Comercio. https://elcomercio.pe/lima/sucesos/derrame-de-petroleo-en-ventanilla-las-versiones-contradictorias-de-repsol-noticia/?ref=ecr

Gestión (2022a). Derrame de petróleo en Ventanilla: más de 1,500 pescadores artesanales serían afectados. https://gestion.pe/peru/derrame-de-petroleo-en-ventanilla-mas-de-1500-pescadores-artesanales-serian-afectados-segun-calamasur-noticia/

Gestión (2022b). Esto se conoce sobre los daños provocados por derrame de petróleo en playas de Lima. Gestión. https://gestion.pe/peru/esto-se-conoce-sobre-los-danos-provocados-por-derrame-de-petroleo-en-playas-de-lima-nndc-noticia/

La República (2022). Refinería de Repsol volvió a entregar información inexacta sobre derrame de petróleo. https://larepublica.pe/economia/2022/01/19/la-pampilla-refineria-de-repsol-volvio-a-entregar-informacion-inexacta-sobre-derrame-de-petroleo-oefa/

León & Zúñiga. (2020). La sombra del petróleo: Informe de los derrames petroleros en la Amazonía peruana entre el 2000 y el 2019