CAJAMARCA: VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES Y RURALIDAD
- Carlos Revoredo
- noviembre 23, 2021
- Artículo Regional, Productos Evidencia
- VCM
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La violencia contra las mujeres (VCM) se refiere a todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que ocasione daño físico, psicológico o sexual a las mujeres (ONU, 1993). Es un fenómeno generalizado que constituye una de las manifestaciones más severas contra los derechos humanos, y representa uno de los mayores problemas de salud pública a nivel mundial. En el Perú, en promedio 6 de cada 10 mujeres alguna vez ha sido víctima de violencia por parte de una pareja (INEI, 2019).
No obstante, la VCM no es la misma en todo el Perú. No solamente varía entre departamentos, sino también de acuerdo a territorios específicos. En particular, la VCM suele diferir en zonas urbanas de las rurales. Pese a que la incidencia de la violencia íntima de pareja en áreas urbanas (55,3%) afecta casi a la misma proporción de mujeres en áreas rurales (52,3%), las dinámicas de dicha violencia en ambos territorios son diferentes, principalmente por factores socioculturales como la tolerancia hacia la violencia o el control social que se ejerce en las comunidades (Castro y Delgado, 2012). Esto puede sugerir que la incidencia de la VCM posiblemente esté subvaluada en zonas rurales.
Entre plazas y ganado
Cajamarca se caracteriza por ser uno de los departamentos más rurales del Perú: el 64,6% de su población es rural (INEI, 2019). Curiosamente, esta cifra es muy similar a la incidencia de VCM en el departamento: el 63,6% de mujeres sufrió alguna vez de violencia por parte de su pareja en 2019. Cabe mencionar que este porcentaje se ha mantenido relativamente constante en los últimos cinco años (INEI, 2021). Sin embargo, en 2020, las llamadas a la línea 100 del MIMP en el departamento incrementaron en un 91% con respecto al año anterior.
En relación a la VCM según área de residencia, los casos registrados de violencia en los Centro Emergencia Mujer (CEM) dan cuenta de las diferencias que existen entre ambos territorios geográficos dentro del departamento. Durante el periodo 2017-2020, se registraron 11 765 casos de violencia contra las mujeres, de los cuales el 57% de ellos pertenecen al área urbana y el 43% al área rural. Lo primero que se aprecia es que las denuncias de mujeres en áreas rurales representan menos del total que aquellas realizadas por mujeres en áreas urbanas, pese a que el departamento es predominantemente rural, como se mencionaba líneas arriba.
Si analizamos con mayor profundidad los casos de violencia durante el mismo periodo en Cajamarca, encontraremos diferencias interesantes. Una de ellas es que la edad de las mujeres víctimas varía según el área de residencia. Así, en el Gráfico 01 encontramos que en ambas áreas la mayor cantidad de denuncias son de mujeres adultas y de jóvenes. No obstante, se aprecia que en áreas rurales las víctimas niñas y adolescentes son mayores en proporción con respecto a las áreas urbanas. Lo mismo ocurre en el caso de las adultas mayores.
Gráfico 1: Casos registrados de violencia contra mujeres en los CEM, según edad y área de residencia en Cajamarca (Porcentaje)
Asimismo, podemos ver que, según el tipo de violencia, la sexual en zonas rurales asciende al 15% del total, lo cual es mayor en 7,9 puntos porcentuales al 7,1% que representa en áreas urbanas (Ver Gráfico 02). Cabe destacar que 8 de cada 10 víctimas de violencia sexual son niñas y adolescentes en el área rural, a diferencia del área urbana donde esta cifra asciende a 6 de cada 10. Ambos escenarios son deplorables, pero la diferencia en contra del área rural refleja que las dinámicas en esta pueden ser más estructurales, por lo que para combatirlas son necesarias medidas distintas.
Gráfico 2: Casos registrados de violencia contra mujeres en los CEM, según tipo de violencia y área de residencia en Cajamarca (Porcentaje)
Otro aspecto destacable es que, en lo que comprende violencia sexual, son más denuncias realizadas por violación en áreas rurales que en urbanas: en el primer caso ascienden a 377 y en el segundo a 239, de un total de 616 denuncias; es decir, el 61,2% de denuncias por violación son realizadas en territorio rural. De igual manera — y lamentablemente —, esta mayor proporción de denuncias por violación está asociada a una menor edad, sobre todo en zonas rurales.
En cuanto a la distribución de denuncias según nivel educativo, siguen prevaleciendo las diferencias entre ambas áreas de residencia. En general, en el Gráfico 03, se aprecia que el nivel educativo alcanzado por las víctimas en áreas urbanas se encuentra distribuido más equitativamente, a diferencia de aquellas víctimas en áreas rurales. Destaca el hecho de que la cantidad de víctimas que han alcanzado como máximo la primaria en ámbito rural, representen el 65,7% del total. Esta excesiva cifra estaría relacionada con que, en promedio, las mujeres rurales no alcanzan un nivel educativo tan alto.
Gráfico 3: Casos registrados de violencia contra mujeres de 15 años a más en los CEM, según nivel educativo alcanzado y área de residencia en Cajamarca (Porcentaje)
Finalmente, pero no por eso menos importante, también se manifiestan diferencias entre áreas de residencia en relación al vínculo que tiene la presunta persona agresora con la víctima. El 66,2% de presuntas personas agresoras son pareja o expareja de las víctimas del área urbana de Cajamarca, seguido por el 27% de presuntas personas agresoras que serían familiares de las víctimas y un 6,9% que no guardarían ningún tipo de vínculo con ellas (Ver Gráfico 04). En el caso del área rural, se aprecia que la proporción entre la pareja o expareja (48%) y algún familiar (40,2%) no contrasta tanto a comparación del área urbana. Esto quiere decir que la VCM en el ámbito rural de Cajamarca ejercida presuntamente por la pareja o expareja es similar en proporción a aquella realizada por un familiar.
Gráfico 4: Casos registrados de violencia contra mujeres en los CEM, según vínculo de la presunta persona agresora y área de residencia en Cajamarca (Porcentaje)
Conclusiones
Las diferencias en Cajamarca entre área urbana y rural en términos de VCM son notables. Las dinámicas de esta violencia en ambos territorios difieren ampliamente, siendo el área rural aquella más desfavorecida. Ante esto, las políticas públicas pueden cumplir un rol fundamental para combatirla. En principio, es esencial la creación de Instancias Distritales de Concertación en el departamento, pues estas — pese a sus limitaciones— pueden conocer de manera más acotada la VCM y generar acciones bajo un enfoque territorial para combatirla. Otro punto importante son los servicios con los que cuentan las zonas rurales, como la Estrategia Rural del MIMP, la cual promueve el trabajo articulado y multisectorial con actores clave, con el fin de reducir las barreras en el acceso a la justicia y a los derechos de la población en zona rural. Pese a que su implementación es un gran avance para cerrar brechas sociales, este servicio no necesariamente se encuentra alineado a la cantidad de población rural de un departamento/provincia y a la prevalencia de VCM. Puno, por ejemplo, es un departamento con una menor proporción de población rural y con similar prevalencia de VCM que la Cajamarca; sin embargo, la presencia de Estrategia Rural, duplica a la Cajamarca.
Me parece interesante esta investigación.